La primera premisa, y más importante, del análisis técnico dice que todo está incluido en el precio. Cualquier situación política, económica y social estará reflejada. Del mismo modo la posibilidad de unos buenos o malos resultados, posibles OPAs o adquisiciones, acuerdos comerciales… estarán incluidos.
Partiendo de la premisa anterior, el análisis técnico usará el gráfico como única fuente de información para hacer las valoraciones de las acciones sin prestar atención cualquier circunstancia externa. En el gráfico estará reflejado el sentimiento inversor y la psicología, de manera que se puede aprovechar. Usar solo gráficos hará que el inversor se olvide de sentimientos, ilusiones y querencias que no suelen traer buenos resultados.
Si el análisis detecta una fuerte demanda, comprobará que el precio sube y asumirá que hay inversores mejor informados que están adquiriendo el valor, por lo que se incorporará a la tendencia sin preguntarse qué hay detrás de ella. Horas o días después sabrá el origen de la demanda y de la subida. Por el contrario, si ve que la oferta aumenta y el precio cae, entenderá que algunos mejor informados están detrás del movimiento y se incorporará a la tendencia bajista.
La segunda premisa de análisis técnico dice que el precio se mueve por tendencias.
Cuando hay una tendencia, es más probable que ésta continúe a que se produzca el cambio cuando entremos en el mercado. Casi siempre se obtienen mejores resultados siguiendo la inercia del mercado a oponerse a él.
La tercera premisa dice que la historia se repite. Los patrones que ha tenido un valor tienden a repetirse en el tiempo, de manera que indica el movimiento más probable que se va a producir en base a hechos pasados. Si el precio actuó de una manera en el pasado hay altas probabilidad que vuelva a actuar de la misma manera, sobre todo por que la psicología de masas es muy posible que repita el movimiento.