Ganar en demo, perder en real

Cuando se empieza a invertir, antes se ha hecho un ejercicio mental para ver qué hubiera ocurrido si hubiera invertido antes. Se coge un periodo pasado y se piensa… Si mi inversión hubiera empezado entonces mi rentabilidad actual sería X. Consiste en analizar el pasado y estimar que eso puede repetirse en el futuro. Todos sabemos que eso no es tan real, para bien o para mal, pero por algo hay que empezar.

Si acabamos de tener un mercado bajista está claro que no invertiremos en base a ello, ya que habríamos perdido dinero y eso es lo que no se busca en las inversiones. En cambio, si estamos en un mercado alcista, estaremos convencidos que habríamos revalorizado nuestro dinero por lo que es bastante probable que decidamos mover parte de nuestro capital.

A veces, antes de empezar a operar con dinero real, decidimos operar con una cuenta demo para ver qué tal nos iría la inversión. Al no ser una cuenta real se suele operar a más largo plazo, con más tranquilidad, sin estar todo el día pendiente de la cotización y, normalmente, con casi todo nuestro capital disponible. El buscar el largo plazo sin mirar la volatilidad a corto y, sobre todo, no estar pendiente de la cotización a diario, suele hacer que nuestra cuenta termine bastante positiva al cabo de un tiempo. Eso mismo no suele ocurrir en real…

Cuando operamos con dinero real, sobre todo al principio, se suelen cometer grandes errores que por un lado suelen afectar a nivel anímico, y por otro acostumbran a afectar a nuestra cuenta de valores. Se acostumbra a seguir la cotización diariamente, algo que no se hace demo ya que tenemos en mente que siempre podemos resetear la cuenta, y cuando el mercado está muy negativo y nuestro dinero se reduce se pasa mal y muchos ejecutan ventas en pánico. Tiempo después el mercado puede recuperar y entonces volveremos a entrar pagando comisiones de nuevo por un lado, y comprando habitualmente más caro por otro. Sabemos que nuestra cuenta no se va a resetear y eso nos hace actuar en muchas ocasiones por impulsos, vendiendo en pánico y comprando en euforia. El factor psicológico afecta demasiado a la hora de invertir.

Esta entrada ha sido publicada en Formación y etiquetada como . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *