Cómo construir una cartera de inversión

El último año nos ha enseñado mucho, una de las cosas más importantes respecto a la inversión es lo importante que estar diversificado en sectores y zonas geográficas. El primer punto es el autoconocimiento ya que el nivel psicológico de estar en el mercado es alto. Tenemos que identificar nuestra aversión al riesgo, nuestro capital que podemos invertir y el plazo que podemos tenerlo invertido. Con esos puntos bien definidos podemos empezar a construir una cartera.

Activos a incluir

En una cartera de renta variable podemos incluir acciones de compañías cotizadas en Bolsa y otros productos como los fondos de inversión cotizados (ETF). En la selección hay que tener en cuenta sus características: mercado en el que cotiza, horario de cotización, divisa y la actividad de la empresa en la que estamos invirtiendo y el sector en el que se incluye. En el caso de los ETF además debemos conocer exactamente el índice que replica y su composición (compañías, sectores…). Y tanto en acciones como en ETF, saber si distribuyen dividendos.

Seleccionar valores

Hay dos tipos de análisis, el fundamental y el técnico. Lo ideal es utilizar ambos porque se pueden completar. En momentos concretos, dependiendo de la fase del ciclo, le podemos dar más prioridad a uno.

En el análisis fundamental tenemos en cuenta:

  • El valor con el resto de los de su sector.
  • Expectativas de los resultados de los próximos trimestres.
  • Revisión de sus cuentas.
  • Análisis de algunas ratio como PER, deuda neta/Ebitda (beneficio bruto), etcétera.
  • Recomendaciones del consenso de mercado.

En el análisis técnico tenemos en cuenta:

  • Tendencia del mercado, del sector y comparativa de ambos.
  • Fijación de soportes y resistencias
  • Análisis de la aparición en los gráficos de figuras de cambio de tendencia
  • Tener como referencia algún indicador sobre si el valor se encuentra en sobrecompra o sobreventa, uno muy común es el RSI.

Invertir con método

Porque es necesario para invertir con éxito a largo plazo. Una forma sencilla de iniciar un método es fijar en el momento de la inversión los niveles a los que vamos a realizar la venta. El objetivo es controlar la rentabilidad/riesgo, evitando sesgos psicológicos y pérdidas irrecuperables. Cuando hablamos de fijar niveles de venta nos referimos tanto a precios objetivos como stop de venta.

Fiscalidad

Es importante conocer la fiscalidad de cada producto y su impacto en nuestras inversiones. Las acciones y los ETF afloran plusvalías o minusvalías cada vez que se realiza una operación de venta. El cálculo del resultado de cada operación se hace por el método FIFO, es decir, las primeras que vendes son las primeras que has comprado. Además, hay que tener en cuenta para poder imputarte minusvalías de una venta con pérdida, que no se puede haber comprado el mismo valor ni antes ni después de un plazo de dos meses y un día. El accionista tiene la obligación de saber el precio al que compró las acciones en el caso en el que cambie de depositario de los títulos. Este dato no “viaja” con las acciones como sí ocurre con los fondos de inversión. En el caso de solicitarle Hacienda la información, es el contribuyente el que tiene la obligación fiscal de conocerlo. Los depositarios están obligados comunicar las ventas al fisco. Las de acciones y ETF no tienen retención, pero los dividendos y la venta de derechos de suscripción sí.

Definir la cartera

Una vez que tenemos clara toda esta información –perfil de inversor, objetivos, activos donde invertir, costes de inversión y fiscalidad–, podemos empezar a construir la cartera. Una cartera bien construida debe tener una diversificación adecuada por sectores y geografías. A pesar de que en el mercado español cotizan grandes empresas y bien gestionadas, hay que ser conscientes de lo poco que pesa en el conjunto del mundo financiero. También podemos considerar la inversión en divisas diferentes al euro. Es importante invertir una parte global de la cartera en nuestra divisa, ya que si ingresamos en euros y gastamos en euros es conveniente invertir en euros En este caso desaparece el denominado riesgo divisa, que hay que tener en cuenta si la inversión está en otra divisa diferente a la europea (dólar, yenes, libras). En los ETF, hay que saber la divisa de la inversión real, que no tiene por qué coincidir con la que cotiza. ETF o acciones Para entradas y salidas tácticas de muy corto plazo, es más conveniente usar ETF sobre índices globales que los replican casi a la perfección. Aquí es importante saber cuál es el subyacente. Así, los inversores finales pueden posicionarse en mercado sin tener que usar vehículos que implican más riesgo, como los futuros, donde la inversión es apalancada, u otros como los fondos de inversión, que aunque tienen ventajas fiscales tienen cierto decalaje en cuanto a la entrada y salida de mercado. Otra recomendación en el uso de ETF es en inversión temática. Por ejemplo, para participar en la tecnología blockchain es más eficiente hacerlo mediante un ETF que invierte en un índice que recoge los valores grandes y pequeños que están desarrollando esta tecnología que invertir solo en un valor al que es difícil acceder. Si piensa que el futuro está en los coches eléctricos invirtiendo en un ETF, puede estar desde en mineras de litio hasta en grandes marcas de coches, en toda la cadena. Para invertir en sectores más tradicionales o conocidos como utilities, financiero, salud o consumo no cíclico lo haríamos en acciones.

Esta entrada ha sido publicada en Formación y etiquetada como . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *