El ser humano suele ser incrédulo por naturaleza y hasta que no ve algo no acostumbra a creerlo. El problema reside cuando aunque lo veamos no queremos creerlo. Podemos verlo en muchos aspectos de la vida y la bolsa es uno más. Cuando la bolsa cae muchas veces se dice… es engaño y esto terminará subiendo, algo que ocurre al revés cuando hay subidas en el mercado. Normalmente eso ocurre cuando tenemos posiciones en el mercado y el movimiento que se produce es contrario a nuestros intereses.
Hace no mucho el mercado estaba deprimido, la pandemia debida al coronavirus había hecho que muchas cotizaciones fueran muy bajas llegando en algunos casos a mínimos históricos. El comentario general era que esas caídas no eran creíble, que el mercado estaba sobrerreaccionando y que había grandes oportunidades de compra. A pesar de decirlo muy pocos compraron buscando el medio o largo plazo y muchos de los que compraron tan solo operaban en el muy corto plazo. Es decir, a pesar que se veía barato no se lo creían muchos.
Tras los resultados de la vacuna de Pfizer y las posteriores de Moderna y Oxford, el mercado ha rebotado con fuerza y en algunos casos las subidas han sido muy importantes. A pesar de la subida y el gran cambio en los fundamentales del mercado muchos no se creen la subida, muchos de ellos son los mismos que no se creían las bajadas. Si no nos creemos las bajadas ni las subidas, ¿qué nos creemos?