Sesgos al invertir

A la hora de tomar decisiones no somos tan objetivos como podría parecer y muchas veces cogemos una información sesgada aún sabiendo que no es la correcta. Para autoconfundirnos entran en juego sesgo de manera que distorsionamos la realidad según nos interese apreciarla. Vamos a definir algunos de ellos.

Sesgo manada. 

Se trata de seguir a los demás ya que nos convencemos que si todos lo hacen no pueden estar todos equivocados. En la bolsa es algo que se puede apreciar de manera clara sobre todo en los calentones que tienen ciertos valores. En un momento determinado todos el mundo está comprando y la presión emocional hace que sigamos al resto cuando lo mejor suele ser el camino contrario y vender. En los ciclos económicos puede apreciarse de manera clara ya que cuando el sentimiento es muy negativo suele ser el mejor momento para comprar y cuando existe euforia en el mercado para vender.

Sesgo del pánico. 

Cuando percibimos el riego el instinto nos hace huir tratando de evitarlo. En bolsa se aprecia cuando hay grandes caídas que es cuando la gran parte de la gente vende temiendo que pueden perder más sin pararse a analizar si es una decisión correcta dejándose llevar por el miedo.

Sesgo del anclaje. 

Ocurre cuando tratamos de comparar el precio de algo respecto a un precio que tenía el activo anteriormente. Si ese precio es menor tendemos a pensar que está barato, muchas veces sin analizar la razón para esa bajada y si es la mejor opción comprar.

Sesgo gafas de bucear.

Al analizar un valor siempre se mira el pasado y esperamos que eso siga ocurriendo, los beneficios pasado esperamos que se repitan en el futuro. Basándonos en eso tendemos a comprar o vender según lo que haya hecho anteriormente.

Sesgo del halo.  

Tendemos a fijarnos en grandes inversores a la hora de tomar la decisión de entrar en un valor o no. Si un gran inversor ha entrado en el capital de una empresa muchas veces es razón suficiente para tomar una participación de la misma sin haber analizado de manera independiente el valor. Lo que muchas veces no se considera es que quizá esos inversores entraron a un precio diferente al que podemos entrar nosotros.

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