La CNMV ha conseguido que las empresas cotizadas, si no quieren, no se vean obligadas a publicar los estados financieros trimestralmente. Si la empresa quiere podrá seguir presentando las cuentas, faltaría más, pero si lo desean pueden no hacerlo. España es uno de los pocos países que exige cuentas en el primer y tercer trimestre. Europa ya autorizó en 2013 a que no se hiciera siempre que cada país lo autorizara y tan solo Polonia y Rumanía, junto con España, eran los países que las exigían.
La razón para no presentar cuenta se basa en razonamientos tan sesudos como que pueda suponer «una carga excesiva» o que perciban que su publicación les provoca «sufrir presiones cortoplacistas». Dicho de otra manera, no van a hacer las cuentas para tener menos gente trabajando y si son malas con no presentarlas no pasa nada. Es como cuando se tenían malas notas en el colegio y no las presentabas en casa ¿Eso hacía que aprobaras? Evidentemente NO.
Visto los visto cabe preguntarse, ¿merece la pena estar en el mercado?. Hay precedentes cercanos de empresas que han quebrado llevándose por delante a muchos minoristas. En algunos casos como Neuron sus cuentas venían anticipando su deterioro paulatino aunque en este caso no fueron muchos los que perdieron toda su inversión. En el caso de Banco Popular sus cuentas demostraban malos resultados con una mala gestión y no por ello dejó a muchos minoristas sin nada. Si en vez de presentar cuentas trimestrales que dejaron salir a muchos las hubieran presentado semestralmente, ¿habrían salido todos esos? Difícilmente.
Las razones no resultan asumibles ya que la volatilidad cuando se presentan semestralmente es el doble esos días que si se hicieran trimestralmente. Es decir, los movimientos cortoplacistas se convierten en medio plazo pero con el doble de intensidad. Es evidente que no hay mejoras en ese caso.
Si quieren mostrar transparencia como han venido diciendo durante mucho tiempo este tipo de medidas por parte de la CNMV no resultan muy apropiadas para ir en esa línea.