A vueltas con el Banco Popular

Desde hace tiempo se sabía que Banco Popular en su estado actual no puede seguir solo. Para solucionarlo las opciones eran ampliación de capital o fusión/absorción con otra entidad. La antigua cúpula dirigida por Ángel Ron era partidaria de seguir ampliando capital y los grandes accionistas decidieron cortar la hemorragia que eso suponía para sus cuentas. Prefirieron dar un golpe y cambiar la directiva por otra más afines a sus intereses. Con esos antecedentes llegó Emilio Saracho a la dirección del banco y con un objetivo claro, sacar al banco de su estado actual de cualquier forma.

Hasta el momento parecía que la opción más lógica era una nueva ampliación de capital, la enésima en los últimos años. La última la realizó en 2016 captando 2.500 millones de euros, una cantidad muy próxima al valor actual de cotización. Eso quiere decir que no sirvió para nada la ampliación y todo ese dinero captado se ha desperdiciado. Por ello el banco ha decidido dejarse comprar por otra entidad. La noticia publicada por un diario digital de la venta rápida de la entidad ha causado gran revuelo y desde el banco han tratado de desmentirla sin éxito. De hecho desde que se publicó la noticia el valor ha caído más de un 20%. Unos días después el banco reconoce que quiere ser vendido antes de un mes, lo cual demuestra la urgencia. Se cree que por ella podrían pujar BBVA, Santander y Bankia. 

En cuanto a la valoración del banco es algo que no se sabe. Se estima que su precio estaría entre 3.500 y 8.000 millones de €, lo cual da idea de la poca información que se tiene para calcularlo. Ese valor sería un precio entre 0.87 y 2 cada acción. Si bancos de inversión son incapaces de dar un valor aproximado imaginemos el ciudadano medio… Todo ello suponiendo que las cuentas publicadas estén bien formuladas (existe experiencia en Bankia). La entidad quiere ser vendida a un precio de 1.2 € lo que sería valorarlo en el entorno de 4.800 millones de €.

El mercado parece no creerse esas valoraciones y tiene a la acción cotizando en el entorno de 0.70. Eso supone un valor de 2.800 millones. Incluso hay entidades que sitúan el precio de la acción en 0.5. Si ni el mercado ni las entidades valoran tanto la acción, ¿realmente lo vale?. Parece clara la respuesta: NO. Entonces, ¿por qué entrar en el valor?. Solo se podría hacer como especulación sabiendo el gran riesgo que se corre. Evidentemente no sería un valor que deberíamos adquirir para mantener en cartera. Si ni el mercado ni las entidades dan un precio más alto teniendo toda la información parece complicado que los que no nos dedicamos a ello sepamos que su precio es más elevado, ¿no?. Siempre existirá quien lo crea, pero yo no seré uno de ellos.

Ante este panorama lo mejor es estar fuera del valor ya que se mueve a golpe de noticias. En caso de querer apostar por un sentido no parece que sea el de las compras en este momento. De todos modos hay otras muchas acciones en el mercado como para tratar de operar en un valor con tantas incertidumbres.

 

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